Grandes proyectos locales marcan su hoja de ruta
Chile se ha convertido en uno de los ejes del nuevo rumbo de OHLA (antes OHL, rebautizada en 2021 tras la entrada de los hermanos Amodio). La compañía acaba de adjudicarse dos contratos emblemáticos: el túnel Lo Ruiz, valorado en U$301 millones, y el Instituto Nacional del Cáncer en Santiago, por U$185 millones. Ambos se integran a una cartera global que busca priorizar proyectos de alto impacto y mejores márgenes.
El grupo presentó en mayo su plan 2025-2029 con metas ambiciosas: alcanzar ingresos anuales de U$5.400 millones y superar los U$325 millones de ebitda antes de que termine la década. Los resultados del primer semestre ya muestran avances: ingresos por U$1.816 millones y un ebitda de U$90 millones, un 46% más que en 2024, con un margen del 5%.
Para reforzar su balance, OHLA concretó en mayo una ampliación de capital de U$54 millones, totalmente suscrita, y redujo en 30% su deuda neta hasta U$340 millones. Pese a litigios internacionales como el caso Kuwait, cerró junio con una liquidez de U$717 millones.
Además de Chile, Estados Unidos seguirá siendo otro mercado clave. Allí concentra el 43% de su cartera y ejecuta proyectos de transporte, infraestructura urbana y edificación. El grupo también apuesta por reactivar su negocio de concesiones en América y Europa Central, con el objetivo de que este segmento represente el 8% del ebitda en 2029.
Con los proyectos chilenos como carta de presentación y una estrategia que combina crecimiento y disciplina financiera, OHLA busca dejar atrás años de reestructuración y consolidar su presencia en mercados donde la infraestructura pública es motor de inversión.
