La confesión de su reelecto presidente enciende dudas sobre el rol del gremio minero en decisiones clave

En el evento “Ecos de la Minería”, organizado por El Mercurio, se desarrolló un panel que reunió a la ministra de Minería, Aurora Williams; el presidente ejecutivo del Consejo Minero, Joaquín Villarino; y el reelecto presidente de la Sonami, Jorge Riesco. Lo que comenzó como un debate sobre la Ley de Patentes Mineras terminó en un cruce que dejó al gremio en una posición, por decirlo menos, incómoda.
Según señala Diario Financiero y el propio Mercurio, Riesco acusó que la normativa —impulsada en el segundo gobierno de Sebastián Piñera— “no se consultó con nadie” y que su aplicación genera “inestabilidad” en la propiedad minera. Pero lo más sorprendente fue su propia admisión: “Aunque a ella [ministra Wiliams] le parezca increíble, no se nos consultó. Puede haber habido una falla en nuestro seguimiento legislativo (...) pero mantener castigado al sector porque no hicimos nada en un gobierno que se supone que era afín a nosotros, me parece que es un poco injusto y hasta infantil”
Que la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), fundada el 26 de septiembre de 1883 y referente histórico de la pequeña, mediana y gran minería en Chile, reconozca públicamente semejante omisión o falla en su seguimiento legislativo resulta inaceptable. Desde su creación, la Sonami ha sostenido como misión contribuir al desarrollo de la minería privada, perfeccionar la institucionalidad y legislación del sector, y representar a todos sus asociados ante autoridades nacionales e internacionales. Hoy reúne a 76 compañías de la mediana y gran minería, además de 38 asociaciones regionales que agrupan a más de dos mil pequeños mineros. Un gremio con tal trayectoria y recursos no puede excusarse en una “falla de seguimiento legislativo” en la reforma más relevante del Código de Minería en 40 años.
Williams, en tanto, defendió con fuerza la ley y apuntó contra los gremios: “Realmente me parece improcedente que se diga que no hubo participación, más aún de gremios que tienen un set de abogados importante. Los reclamos hay que hacerlos en el momento que son, no cuando llega otro gobierno”.
La ministra también recogió la alusión de Riesco al “infantilismo”, destacando que “Chile se transformó en el país que más mujeres incorpora a la minería, con un 23,1%. Superamos a Australia, Canadá y Sudáfrica. Aun cuando no a muchos les guste y crean que somos infantiles, lo vamos a lograr”.
El episodio dejó a la Sonami en entredicho: mientras reclama certezas regulatorias, admite que no cumplió su tarea más básica. Una contradicción mayor para un gremio que desde su conformación ha proclamado como misión impulsar y perfeccionar la institucionalidad minera, pero que terminó dejando pasar - sin advertirlo - una de las reformas legales más significativas en la historia del sector.