Dependencia de importaciones deja expuestas a industrias locales
El deterioro del sector químico en América Latina, que Fitch Ratings viene advirtiendo desde 2023, amenaza con arrastrar consecuencias directas para Chile. Aunque el reporte no menciona a empresas nacionales, la fragilidad financiera de gigantes regionales como Braskem, Braskem Idesa y Alpek puede impactar a industrias chilenas altamente dependientes de insumos importados.
Un sector en picada desde 2023
El análisis de Fitch destaca un escenario adverso: exceso de oferta global, costos de flete normalizados que han incentivado mayores importaciones y un entorno de consumo debilitado en mercados clave como México y Brasil. A esto se suma el peso de las tasas altas sobre sectores intensivos en químicos como construcción y vivienda.
Los productores de básicos son los más golpeados, con márgenes comprimidos y activos subutilizados, mientras que los especializados resisten algo más. Sin embargo, la calificadora advierte que solo una racionalización de capacidad, un repunte del crecimiento global o barreras comerciales podrían revertir la crisis.
Riesgo para Chile: insumos clave en entredicho
Chile importa la mayor parte de sus derivados químicos esenciales, como polietileno y polipropileno, desde Brasil y México. La presión financiera sobre Braskem y Alpek —principales proveedores regionales— abre la puerta a volatilidad de precios y eventuales problemas de abastecimiento. Esto afectaría a industrias locales como el retail, los envases plásticos, la construcción y la minería, donde estos insumos son críticos.
El riesgo no es menor: Fitch detalla que Braskem, con U$1.700 millones en caja y una línea de crédito de U$1.000 millones, enfrenta un desafío mayor en 2028 por el refinanciamiento de su deuda si la quema de caja persiste. Braskem Idesa, en tanto, está en situación crítica con apenas U$60 millones disponibles frente a pasivos por U$2.200 millones.
Una señal de alerta para la economía chilena
La combinación de debilidad regional, sobreoferta global y expansión de capacidad china en plásticos básicos deja a Chile en una posición vulnerable. Si la crisis se prolonga, el costo podría sentirse en sectores estratégicos de la economía, desde los proyectos de infraestructura hasta la producción minera, que requieren un suministro constante de insumos químicos.
