Variedad creada con tecnología CRISPR no se clasifica como OGM, lo que permite su cultivo sin restricciones

El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) aprobó el cultivo en campo de un trigo harinero genéticamente editado con CRISPR, desarrollado por la chilena Neocrop Technologies junto a Campex Baer y la argentina Buck Semillas, al determinar que no califica como Organismo Genéticamente Modificado (OGM).
La variedad contiene entre cinco y diez veces más fibra dietética que el trigo convencional, sin alterar sabor, textura ni calidad de la harina blanca. Según sus impulsores, esta innovación podría contribuir a revertir el bajo consumo de fibra en Chile y Argentina, donde predominan los productos elaborados con harina refinada.
Desde ChileBio subrayan que este tipo de desarrollos no solo ofrecen beneficios agrícolas y ambientales, sino que también abren la puerta a soluciones concretas para problemas de salud pública, como la baja ingesta de fibra. A su juicio, el caso es una muestra del potencial que tiene la ciencia nacional para incidir en la calidad de vida y avanzar hacia modelos alimentarios más sostenibles.
El proyecto ya superó la validación de laboratorio, solicitó patente provisional en 2024 y prevé iniciar pruebas de campo en 2025/2026. Neocrop también gestiona la aprobación en Argentina y proyecta su expansión a Brasil y EE.UU., en una estrategia que podría consolidar a Chile como un nuevo polo de biotecnología alimentaria en la región.