A poco más de un mes de su debut en el Aeropuerto Arturo Merino Benítez, Cabify comienza a ver resultados positivo

A poco más de un mes de su debut en el Aeropuerto Arturo Merino Benítez, Cabify comienza a ver resultados positivos en su apuesta por convertirse en operador oficial de transporte terrestre del terminal aéreo. La firma española, presente en Chile desde hace más de una década, proyecta que esta nueva línea de negocio será rentable durante este mismo año, con miras a escalar su operación y expandir su flota en los próximos meses.
El ingreso al aeropuerto se materializó tras adjudicarse una licitación pública a fines de 2023, en un proceso que implicó años de disputa con su competidor Transvip. Para Cabify, este movimiento representa mucho más que una ampliación de servicios: según su gerente general en Chile, Álvaro Pasquez, se trata de “una de las operaciones más grandes” que ha desarrollado la compañía desde su llegada al país.
Inversión a cuatro años
El nuevo servicio opera con 50 vans Hyundai Staria, adquiridas como parte de un plan de inversión de US$ 25 millones para un período de cuatro años. La propuesta se aleja del modelo tradicional de transporte privado: en lugar de contratar una van completa, los usuarios pueden reservar asientos individuales con tarifas fijas según destino, una lógica más cercana al modelo de aerolíneas low cost.
“Lo que estamos haciendo es cerrar una brecha en la experiencia de viaje. Un aeropuerto moderno necesitaba un sistema de transporte terrestre a la altura de los estándares internacionales”, afirmó Pasquez.
En su primer mes de funcionamiento, los trayectos más demandados desde el aeropuerto han sido hacia comunas como Las Condes, Providencia, Santiago, Ñuñoa y Vitacura. Sin embargo, el tramo inverso —desde los hogares al aeropuerto— todavía muestra menor tracción. “Ahí hay espacio para crecer, y estamos trabajando en entender cómo generar más demanda en ese segmento”, indicó el ejecutivo.
Crecimiento acelerado y cambio de prioridades
Aunque las primeras semanas de operación fueron complejas —con recorridos que a veces transportaban solo a un pasajero—, la situación comenzó a revertirse rápidamente. “La última semana incluso estuvimos con capacidad al límite en ciertos horarios. Eso te dice que la demanda está ahí”, sostuvo Pasquez.
El ritmo de crecimiento ha superado las proyecciones internas. “Estamos duplicando la velocidad que teníamos estimada para este punto. Las pérdidas proyectadas eran mayores, pero el comportamiento real del servicio ha sido mucho más favorable”, añadió.
Con estos indicadores en la mano, la compañía ya proyecta que el servicio será rentable antes de que termine 2025. Además, anticipan una eventual ampliación de la flota, sujeta a que se consolide la demanda y se identifique el momento adecuado para escalar.
Un conflicto pendiente en tribunales
El proceso que permitió a Cabify operar en el aeropuerto no estuvo exento de fricciones. En enero de 2024, Transvip —hasta entonces operador en el terminal— presentó una demanda por competencia desleal, acusando a Cabify de haber utilizado información confidencial obtenida durante una ronda exploratoria de alianzas iniciada en 2022 con asesoría de LarrainVial.
Esa acción judicial implicó la suspensión temporal de la operación por orden del tribunal, medida que fue levantada a fines del mismo año. “Hoy estamos operando sin restricciones, pero aún estamos a la espera de una resolución judicial definitiva. Debería resolverse en las próximas semanas o meses”, explicó Pasquez.
Pese al contexto judicial, Cabify se muestra confiado en que su apuesta por el aeropuerto marcará un punto de inflexión en su presencia local. La clave, aseguran, será sostener el ritmo de crecimiento y ajustar el modelo operativo con foco en eficiencia y experiencia del usuario.
Fuente: Diario Financiero