Alerta el Banco Central

Pese al auge de las billeteras digitales, la explosión de las transferencias electrónicas y la irrupción de nuevos actores no bancarios, el sistema de pagos chileno sigue arrastrando nudos críticos que amenazan con limitar la competencia, encarecer el servicio para comercios y ralentizar la modernización financiera. Así lo advirtió el Banco Central de Chile (BCCh) al presentar su Informe de Sistemas de Pago 2025, en un contexto de rápida transformación del ecosistema.
“La digitalización es irreversible, pero no suficiente”, señaló la presidenta del instituto emisor, Rosanna Costa, durante la presentación del informe. La autoridad reconoció que la modernización ha sido significativa, pero subrayó que aún persisten desafíos estructurales que deben ser abordados con urgencia.
Auge digital con concentración intacta
Uno de los principales focos de alerta del informe es la alta concentración del mercado de adquirencia, es decir, el servicio que permite a los comercios recibir pagos con tarjetas. A pesar de la entrada de nuevos actores, tres adquirentes siguen capturando más del 90% del total de transacciones, lo que revela una estructura de mercado que dista mucho de ser abierta o competitiva.
Esto contrasta con la narrativa de una economía más digital y diversa. El mismo informe destaca que las transferencias electrónicas crecieron 18,4% en volumen durante 2024, y que los pagos con tarjetas prepago se dispararon un 31%. Sin embargo, esta expansión no necesariamente ha ido acompañada de menores costos para los usuarios o mayor capacidad de elección para los comercios, en buena medida por el poder que siguen concentrando los incumbentes.
Billeteras digitales y fintech: crecimiento con límites
La proliferación de billeteras digitales y cuentas de provisión de fondos —como Mach, Tenpo o Mercado Pago— ha dinamizado el ecosistema y ampliado el acceso a medios de pago no bancarios. Hoy existen más de 5,5 millones de usuarios activos de este tipo de instrumentos, que se usan intensivamente en pagos minoristas y transferencias persona a persona.
Sin embargo, el informe reconoce que este crecimiento no ha estado exento de desafíos: problemas de interoperabilidad, barreras de entrada tecnológicas y una regulación aún insuficiente para nivelar la cancha con los bancos tradicionales siguen siendo obstáculos relevantes.
Ciberseguridad, interoperabilidad y brechas digitales
En materia de riesgos, el BCCh enfatizó la vulnerabilidad del sistema ante ataques cibernéticos y la necesidad de exigir mayores estándares a los operadores, especialmente en un contexto donde las transacciones digitales representan un porcentaje cada vez más alto del total.
Asimismo, la falta de interoperabilidad plena entre billeteras, bancos y adquirentes continúa generando fricciones para los usuarios. El diagnóstico del informe es claro: el ecosistema necesita avanzar hacia una arquitectura más abierta, transparente y técnicamente integrada.
Por último, la promesa de la inclusión financiera digital aún está lejos de cumplirse. Si bien el acceso ha mejorado, las zonas rurales y segmentos vulnerables siguen teniendo una menor penetración de medios digitales, lo que abre una nueva brecha de desigualdad financiera.
El BCCh pone presión al mercado
El tono del informe y del discurso de Costa pone presión directa sobre los actores más relevantes del sistema de pagos. El Banco Central se distancia de una postura autocomplaciente y asume un rol más activo como catalizador de reformas.
Entre sus compromisos destacan:
- Impulsar estándares para mejorar la interoperabilidad y competencia.
- Supervisar con más fuerza a operadores críticos desde la perspectiva de resiliencia y ciberseguridad.
- Fomentar nuevos modelos de negocio que permitan reducir costos y ampliar el acceso, especialmente a pequeños comercios.
La hoja de ruta está trazada, pero su implementación dependerá de la voluntad del mercado y del poder político para traducir el diagnóstico en medidas concretas.